Hasta ahora, la única manera de reproducir la dentadura del paciente era mediante un molde de silicona, es decir, una pasta que se introducía en la boca y había que esperar unos minutos hasta que endureciese. Este método resultaba imperfecto y en determinadas ocasiones había que repetirlo varias veces. Además de su incomodidad y duración, a algunos pacientes este proceso le resultaba desagradable llegando incluso a producir nauseas y arcadas.
El escáner intraoral permite tomar los registros del paciente de una manera rápida, cómoda y más amena, además de ser un método más limpio y más ecológico, aportando mayor precisión y exactitud para la confección de los alienadores transparentes y, por tanto, mayor eficacia al tratamiento.